Lo
ilusorio de la perspectiva nos muestra a través de la lejanía la unión de dos
caminos paralelos que nos consta que jamás se tocarán. De igual manera actúan
las ilusiones creando un mundo imaginario que se desliza equidistante a nuestra
realidad haciéndonos creer que algún día podrán fusionarse de alguna manera para
así lograr la tan ansiada plenitud. Mientras más estrecha sea la distancia
entre ambos o menos quiméricos sean los sueños más cerca estaremos de
lo que ansiamos y puede que logremos disfrutar en la medida justa de lo que
tenemos. No es malo tener sueños, nunca lo es, pero sí creo que deberíamos
tener sueños de vuelo rasante, que viajen fuera del alcance del radar de la
improbabilidad; sueños que sean factibles de alcanzar en un plazo razonable y con
un esfuerzo que no nos lleve la vida. En resumen, tratemos de hacer posible la
ilusión de la perspectiva.
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