jueves, 8 de septiembre de 2016

Elección

No fue su intención ocupar ese lugar, más bien lo puso allí la ingratitud de la vida aunque él jamás se quejó. Las cosas siempre pasan por algo, solía decir. Derrochaba energía ante los demás en tanto que en soledad y por dentro poco a poco moría. Descartó la caridad de una docena de samaritanos para rodearse de igual cantidad de perros vagabundos que escuchaban sus excelsas historias y dividían su escasa comida. Mientras tuvo lucidez tuvo orgullo. Fue corajudo a su criterio, al de los demás casi un idiota y también un loco de atar. Una sonrisa dolorosa con tintes de mueca coronó su final. Tal vez con el último aliento aún pensó que se había salido con la suya, que había hecho lo que quería. Pudo haber vivido mucho más y mejor pero él eligió hacerlo así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario