martes, 20 de octubre de 2015

Sugerencia versus obviedad

La leve percepción de un pezón erecto bajo la fina tela de la remera de una chica generará en un hombre inenarrables sensaciones, disparará sus sentidos, y suscitará fantasías en infinita mayor medida que si estuviera viendo el cuerpo completamente desnudo de la misma mujer.
El hacerle una observación sutil acerca de las supuestas virtudes interiores siempre tendrá más efecto que un comentario descarado y directo sobre los reales atributos de la dama que tengamos enfrente.
La mente está tan acostumbrada a la obviedad, a las generalidades y a las groserías que ya no logran sorprenderla. En cambio, se rendirá y se pondrá de rodillas ante lo distinto, ante lo seductor de lo sutil y lo misterioso del supuesto por más efímero que esto parezca.

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