martes, 20 de octubre de 2015

El último golpe

Para él fue un golpe más, uno leve, sin demasiada importancia, que ni siquiera lo llevó a pensar que acarrearía consecuencias o que podría cambiar algo. Había habido peores e incluso palizas de esas que amansan, y ella nunca había reaccionado ni decidido hacer nada al respecto.
En cambio para ella fue el último, el que acabaría con la irrelevancia de su proceder y daría fin a su vida sumisa, para dar comienzo a otra, muy incierta seguramente, pero bajo el dominio de su voluntad y sin lugar para las agresiones ni las imposiciones de los demás. Esa cachetada fue el golpe que obligó a su mente a decir: “Basta, ya ha sido suficiente, no debes soportarlo más”
El sonido producido por el golpe del bate de béisbol al dar sobre la nuca del hombre se escuchó apagado, tal vez más apagado aún que el ruido de su cuerpo al caer fláccido sobre el piso de madera de la humilde casilla. Los pasos que se oyeron en retirada un rato después también eran calmos y livianos, como liberados de carga.

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