viernes, 1 de mayo de 2015

Rareza

Si logras escuchar música de violín entre tanto bullicio reinante.
Si sabes apreciar esa media hora de silencio que el azar te ha obsequiado.
Si puedes descubrir el brillo de la perla escondida entre tanta costra y oscuridad.
Si consigues ver lo profundo de un texto entre la abrumadora superficialidad existente.
Si aún conservas valores que en la mayoría hace tiempo figuran como extintos.
Si aplicas virtudes tales como escuchar y observar cuando todos parlotean o meten púa sin cesar.
Si tu idea de relajación es irte solo al medio del monte, sentarte y recostar tu espalda contra el tronco de un árbol, cerrar los ojos y divagar escuchando los sonidos de la naturaleza.
Si te has dado cuenta que vas cuando todos vuelven y eso no te molesta.

Entonces, definitivamente, eres un caso raro. 

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