miércoles, 1 de diciembre de 2021

Regalo del cielo

No soy creyente, es más, a veces no me creo ni a mí mismo, pero el caminar bajo la lluvia tiene algo de milagroso, de liberador. Es un regalo del cielo que te refresca la cara, que te baja la tensión corporal, que atenúa tus llamas interiores. Pero no sólo es eso, tal vez lo más milagroso que logra una llovizna al ir empapándote poco a poco es escurrir esas impurezas que te suelen enturbiar las ideas. Después de mojarte definitivamente ves todo más claro, como si lo observaras desde una óptica que antes no tenías. Sin exagerar, deberíamos cada tanto pararnos bajo la lluvia, mirar hacia arriba, elevar los brazos al cielo, cerrar los ojos y tan solo dejar que el milagro suceda.

 

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