viernes, 17 de julio de 2020

Paisaje

Y sus ojos color tormenta me sumergieron en lo más profundo y bravío del mar lejano que aún no conozco.
Y sus largos cabellos librados al viento del otoño me recordaron el oleaje de aquellos trigales maduros mecidos por la brisa.
Y el sabor de sus labios tuvo la virtud de retroceder el tiempo al atraer la dulzura inédita de aquel fantástico primer beso.
Y las suaves curvas de su cuerpo desnudo me transportaron a las ondulantes e impredecibles dunas del gran desierto.
Y justo ahí, en el centro mismo del paisaje conformado por las preciosas dunas, hay un bellísimo oasis donde pretendo saciar mi apetito y mi sed. 

martes, 7 de julio de 2020

Mujer de ensueño

Quiero que me mires a los ojos,
mientras cae lentamente tu ropa,
como cae el rocío, gota a gota,
sin soberbia alguna, sin sonrojos.

Deseo escribir unos cuantos versos,
ahí en lo más alto de tus caderas,
aunque en el intento me fuera,
a ganar un par de contracturas,
por contenerme ante tu hermosura,
 y no ir por algo más.

Grabaría con letras de fuego,
mi orgullo por haberte visitado,
aunque jamás te hubiese tocado,
más que en mis tórridos sueños,
y esto no sea más que un empeño
por hacerlos realidad.

La estación de los sentidos

En el apostadero de la melancolía,
están amarrados cientos de sueños,
esperando que vuelvan sus dueños,
a rescatarlos uno a uno de la desidia,
en la que los sumió la desilusión.

En el gran puerto de la nostalgia,
siguen anclando las añoranzas,
que los amantes dejan en danza,
cuando los acomete la neuralgia
por buscar otro destino.

En el depósito de los lamentos,
se amontonan miles de quejas.
Actitud deplorable que nadie deja,
ni se guarda para mejor momento,
aunque no tenga motivo ni razón.

Y en la enorme estación de los sentidos,
aparcan una infinidad de almas sensibles.
Cada una aguarda a su par compasible,
que desee transitar el mismo camino,
en la irremediable búsqueda del olvido,
y al encuentro de un mejor después.