martes, 5 de septiembre de 2017

Euforia

No recuerdo si te tenté o me tentaste, si te encanté o sucumbí ante tus encantos, si me embriagué al verte o me nubló toda razón tu mirada, si fue atracción involuntaria o premeditación y alevosía; ya no tiene importancia. Lo que ahora importa es que la tentación mutua emitida, más el encanto involucrado, más el embriago suscitado por la insinuación siempre latente de nuestros cuerpos han generado una alevosa atracción que no tiene posibilidad de retorno, y que nos llevará derechito aunque sin prisa alguna hasta el mismísimo cadalso donde aguardaremos juntos y sonrientes lo que sea que se nos tenga reservado.

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