Mañana madurarán las ilusiones
y será realidad la utopía. Mañana brillará con más fuerza la llama de la
esperanza incentivada por la brisa del entusiasmo y el regocijo. Mañana la luna
renacerá, cómplice e instigadora, y nos envolverá con su manto embriagador. Mañana
esbozarás la más maravillosa de tus sonrisas, esa que hace que todo lo aledaño
sea superfluo y que no importe nadie más que quien la porta. Hoy, hoy continúo en
la espera de ese mañana.
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