martes, 26 de octubre de 2021

Universo roto

El azar se había encargado de conectarlos de alguna manera, a través de encuentros fortuitos, saludos casuales y sonrisas encontradas. Todo estaba imbuido en un mundo mágico de sensaciones únicas, ella lo tenía a él metido en sus pensamientos, inmiscuido en lo más profundo de su esencia; él la soñaba todas las noches y la deseaba todos los días. Ambos sabían exactamente lo que sentía el otro, incluso estaban convencidos que estaban hechos cada cual para cada quien. Hasta que él tuvo una mala idea y, peor aún, la llevó a cabo: se le ocurrió conocerla, estrechar lazos. Eso hizo que se hiciera añicos el delicado cristal del universo ideal, tal vez porque se trataba de una utopía y las utopías así como el horizonte cuentan con esa inexplicable certeza de lo inalcanzable, o quizás porque al destino no le gusta que se metan en sus decisiones. Desde entonces, nada volvió a ser igual: ella va feliz por la vida y de él ni se acuerda, él ha optado por dejarse llevar por lo que sea que suceda, y en esa inercia, el azar jamás volvió a cruzar a ella en su camino, aunque él la sigue soñando cada noche y deseando cada día.


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