No puedo a la distancia más que tomarte la mano
y pedirte que camines conmigo y miremos la luna.
Ya que no puedo rodearte con el alcance de mis
brazos,
imagínate ese abrazo, y el fundir de dos almas
en una.
Sé que no lo hago bien, pero te susurraría al
oído,
cien canciones de esas que te hacen soñar despierta.
Sé que no te debo exigir, por eso imploro y te
pido,
que me dejes la puerta de tu corazón roto abierta.
Sé que buscas entre las estrellas mil respuestas,
iguales a las que busco cada noche en la
almohada.
Sé que es difícil distinguir el horizonte, que
cuesta,
pero sabes? ¡Haré lo imposible por atraer ese
mañana!
Cada día
le ruego al destino que me tire una carta marcada,
que me dé
la virtud, vida mía, de cumplir con lo anhelado.
Y en
contrapartida daría, por cada año vivido una década.
¡Cómo quiero vivir contigo, si hasta me haría viejo a tu lado!
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