Quiero emborracharme y así enviar a
todos a la cofradía del auténtico olvido, menos a ti.
Quiero embriagarme con el suave néctar
de las flores de tus pechos e inventar trasnoches contigo.
Quiero extraviarme por los confusos entre
líneas de tus letras para encontrarme una y otra vez al recorrerlos sabiendo
que me piensas.
Quiero beber hasta el hastío los zumos
de tus placeres más íntimos aunque eso me lleve a morir rendido al pie del
manantial que los provee.
Quiero perecer en ti,
mujer de mis sueños tórridos y amaneceres en vela, para así permanecer
eterno.