Camina lento el tiempo, como cansado de mis idas y
vueltas, como resignándose ante lo que cree una cobardía de mi indecisión, como
si hubiese esperado algo más que lo que le he ofrecido. Y ahí va con su falsa parsimonia, como incitándome a que
caiga en la ansiedad e intente ir más rápido que él. Sé que hay tiempos que se
superan, unos aprovechados y otros perdidos, y que siempre habrá tiempo para
más. No caeré en la trampa, la vida me inculcó paciencia y sé esperar el
instante propicio o el momento adecuado para actuar o estarme quieto. Tus
tiempos no son mis tiempos ni las intenciones del interminable las nuestras. Ya
veremos si se nos está reservado coincidir.
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