Por meterte en la gran mochila de mis
divagares
Por arrastrarte por la torcida vía de mis
pasiones
Por incluirte en el radar de mis
excentricidades
Por llevarte en andas por la utopía de mis
ilusiones
Por borronear con caprichos tu sonrisa espléndida
Por dilapidar a propósito insuperables
momentos
Por hacer que sientas perdida gran parte
de la vida
Por arruinar el gran final del mejor de tus
cuentos
Por no acompañarte en tiempos duros de
necesidad
Por evadirme, por huir cuando era mi deber
estar
Por no saber cómo conducirte hacia la
felicidad
Por no encontrar la fórmula, por no
saberte amar
Por no ser aquél ideal, por ser el fiasco
que soy
Por tener que pedirte perdón. Perdón.
Perdón