He estado acordándome de ti
Y muy en el fondo sé que no debo
Esos imborrables momentos contigo
Me hacen saber que aún te quiero
Inestimables encuentros vividos
Que llenaron carencias del alma
Pequeños aconteceres tan vivos
Fundieron anocheceres con albas
Una noche irreal de controlada locura
Tu cuerpo y el mío, placer al desnudo
Bajo la osada mirada de la pícara luna
Abrazados los dos, al final fuimos uno
Fue aquella incomparable tarde de verano
Cuando, tras besarnos a la vera del arroyo
Que el susurro de tu voz musitó aquel te amo
Respaldado por el brillo auténtico de tus ojos
Fue una tarde gris como otra cualquiera
Que me preguntaste como al descuido
En tanto matizabas mi tiempo de espera
¿Qué harás contigo cuando me haya ido?
Es que sabía que se trataba de un sueño
Que tú eras mar bravío, insondable viento
Que eras de nadie, que no tenías dueño
Que te ibas a ir sin importar lo que siento
He estado acordándome de ti
Y muy en el fondo sé que no debo
También sé que si no vuelves a mí
Sé con certeza que en breve muero